23 de septiembre de 2011

La mía propia

La cabeza. Ke sensación. No puedo escuchar ni lo k pienso. Es horrible.Necesito salir de aki.. La puerta está cerrada. Pero aun así el ruido es espantoso. No se puede descansar. No hay trankilidad.
Una voz de fondo colma mi paciencia. Salgo de la habitación. En el pasillo está mi madre. Con cara de desesperada. Y él. Mi sobrino. Con la cara desencajada de tanto dar gritos. Lágrimas falsas. Por rabia diría yo.
Lo único k mi vista no llega alcanzar , es esa voz irritante. Ke me saca de mis casillas. Gritando tan fuerte, k las paredes derrumbaría si esto fuese un cuento.
Mi madre me mira. Será k no tengo suficiente con el crío, como para k encima empiece él.
Paciencia. Ella es la reina de la paciencia. La admiro. Pork aun así , con la vida k lleva, nunca se keja . Jamás lo a hecho. Hay veces k su manera de pensar es errónea , y no se da cuenta de todo lo k pasa a su alrededor. Pero sigo diciendo k la admiro. Yo sería incapaz de no kejarme o simplemente sería como él. También sería capaz de derrumbar una casa con mis gritos... no sé.
Me doy media vuelta y cojo las llaves. Me digo a mi misma, cuando vuelva todo  habrá pasado. Abro la puerta. Cuando pongo un pie fuera,  en el rellano, me doy cuenta de k esta no es mi casa. De k necesito la mía propia. Intimidad, descanso, soledad... y muchos mas adjetivos k no kiero nombrar. Me pongo melancólica.

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