11 de agosto de 2011

Helado con trocitos de chocolate, nata y vainilla. Con galletas y sirope

Hay kien se levanta con ganas de hablar, de escuchar algún chisme, de ver a sus amigas y contarles cualkier cosa. Tienen la necesidad de no estar solos. De sentirse rodeados de gente. No es mi caso.
Hoy me levanté con ganas de estar sola. De ponerme la radio a tope. De pasearme por casa en bragas. Y pork no, desayunar helado.
Ese helado k tiene trocitos de chocolate, con nata y vainilla, con galletas y sirope. ¿Lo habéis probado alguna vez? Es uno de esos helados k hay k probar, y decir, hoy me da igual ponerme el culo como una pandereta.
Pero cuando abrí los ojos, mis oídos empiezan a interpretar lo k escuchan. Y precisamente sola no estoy. Como siempre. La casa está llena de gente. Los gritos de los niños lo corroboran. Se pasa por mi cabeza la imagen de ese  helado... y paff desaparece. Me resigno a tomar un café con tostada.
Tengo la sensación de k jamás podre tener esa trankilidad k tanto necesito. Aunk luego me arrepienta y necesite esos gritos, k ahora tanto me incordian. Pero hoy tengo esa sensación.
La necesidad de no tener a alguien respirando por encima de mi hombro. Vigilando. Acechando cada uno de mis movimientos.
Todos mis desayunos deberían ser helado. Ese helado tan especial. Con ese sabor tan atípico. Para cada uno de vosotros tendrá un sabor diferente, yo ya escogí. Ahora tengo k saber cuando comerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Pequeñas sonrisas

Sonrisas más vistas